A pesar del esfuerzo que realizaron los aficionados taurinos por evitar la caída de la plaza de toros “El Toreo”, éste ha comenzado a ser demolido y en unos cuantos días, el espacio del Bulevar Agua Caliente dará paso a una nueva infraestructura.
Los nuevos propietarios, de quienes se desconoce su identidad, han decidido tirar al olvido la historia que este inmueble encierra y el significado que tiene para la ciudad, y en base a su conveniencia, de un negocio propio, se contempla la construcción de un centro comercial.
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Tal parece que tal petición no será aceptada, ya que durante la semana, los trabajos de demolición de la plaza comenzaron a marchas forzadas.
Desde las afueras, a simple vista se alcanza a percibir que las estructuras traseras del Toreo han sido destruidas, además de que en el patio frontal abundan los escombros, producto de los trabajos que se llevan a cabo.
La historia del Toreo de Tijuana data del 3 de julio de 1938, cuando se desarrolló la primera corrida, un mano a mano entre los toreros Fermín Espinosa “Armillita” y Alberto Balderas, con toros de la ganadería Piedras Negras.
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